Considero que este tema hay que aclararlo porque muchas personas están sufriendo las consecuencias de mezclar el Palo Monte con la religión Yoruba, viéndose influenciada negativamente su evolución espiritual. Con esto no digo que el Palo Monte sea negativo, simplemente aclaro que no se pueden endosar forzosamente espíritus congos a las personas, usando como justificación la costumbre de atender a los espíritus, tal como lo dice una de las reglas de la práctica Orisha e IFA.
En efecto, una de las costumbres más importantes en la tradición religiosa yorubá, incluyendo en su vertiente afrocubana, dice que hay que atender a los espíritus antes de hacer cualquier ritual, pero hay que aclarar que esto se refiere a los ancestros (Egungun), que no son otra cosa que los espíritus de nuestros antepasados familiares e incluso aquellos que originaron nuestra etnia. Esta costumbre se basa en la filosofía de agradecerles el hecho de que existimos, y por ello es importante tenerlos presentes y hacerlos partícipe del proceso religioso que desarrollamos.
Es obvio que en Cuba, debido a la trata de esclavos y la mezcla de diversos pueblos africanos, se generó la fusión de algunas costumbres, incluyendo las religiosas, y por ello la presencia del Palo Monte está enraizada en algunas personas que fueron iniciadas en la religión de los Orishas por personas que también fueron consagradas tanto en los Orishas como en el Palo Monte. Esa es la razón por la cual en algunas casas religiosas se acostumbra a rayar a las personas en Palo en lugar de hacerles una investigación imparcial para determinar quiénes son sus verdaderos espíritus guías, además de la carencia de información respecto a la necesidad de rendir tributo principalmente a sus familiares difuntos.
Otro aspecto que no se toma en cuenta en este tema, es que en estas latitudes no se practica el Palo Monte como realmente lo practican las sociedades africanas, donde lo correcto es ritualizar a familiares muertos, costumbre que se fundamenta en la creencia de que siguen siendo parte de la familia. Contrario a esto, acá se profanan tumbas, se sacan restos humanos de las fosas mortuorias y se crean “fundamentos” con huesos. Los practicantes africanos desconocen estos métodos y aclaran que, más allá de parecerse a sus costumbres, parece una práctica de brujos oscuros, ya que ellos no usan huesos de muertos desconocidos sino semillas, palos y otros elementos de la naturaleza.
Viéndolo en forma objetiva, los Yorubá y los Congos presentan marcadas diferencias culturales, espirituales y étnicas, de hecho fueron enemigos naturales en algunas épocas, así que no se deben mezclar sus aspectos filosóficos-religiosos, induciendo a los practicantes de la religión Orisha a pasar por rituales que harán que la presencia forzosa de espíritus congos, o de extraños sacados del cementerio, sustituya la presencia de ancestros personales, los cuales son los que deben ser ritualizados por cualquier persona; esto último es lo correcto. Si lo analizamos un poco, tanto los Yorubá como los Congos siempre han acostumbrado a rendir tributo a sus ancestros, y esa es la línea que hay que seguir.
Si una persona tiene una vocación natural de seguir a los espíritus congos y se identifica con la práctica del Palo Monte, entonces si hay una justificación real para “rayar en Palo” a la persona, porque quizás tiene una misión que cumplir con este tipo de espíritu o de práctica, por lo tanto se podría llevar a cabo una consagración de este tipo antes del Kari Osha, pero si no es así, hay que orientar a la persona a que atienda a sus familiares difuntos para que así cumpla con estos y poder entonces ser consagrado en la religión de los Orishas con la bendición de sus ancestros.
Por lo que el recibimiento de “Mano de Orula”, o la ceremonia que esto indique dependerá del rayamiento de la persona, ya que existen una serie de signos que impiden el desenvolvimiento espiritual de las personas dentro de la Paleria.
No es desacreditar o restar importancia, nada que ver, pues la regla Conga abre posibilidades de ayudas infinitas a aquellos que necesitan de ella, pero así como cada cabeza es escogida para asentarse santo, cada persona es escogida para ser rayada. Los caprichos y faltas se pagan de forma dolorosa en esta vida.
Fuente: Revista ashè
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