domingo, 21 de agosto de 2016

Patakin: Cuando Obatalá quiso que Orula secara el mar

La fama de Orula como adivino y milagroso se había extendido por todas las tierras. Sólo se escuchaban elogios e historias sobre lo que podía hacer. Todos estos comentarios llegaron a oídos de Obatalá, quien, cansado de escucharlas quiso comprobar, por sus propios ojos, si era cierto todo lo que se decía de este adivino. Por eso, mandó a buscarlo.
Mientras llegaba, decidió reunir a todos los demás Orishas, para que estuvieran presentes cuando Orula llegara.
Una vez en presencia de Obatalá y de todos los santos, Orula preguntó por qué había sido llamado de forma tan urgente. Obatalá respondió:
Quiero que me demuestres la verdad de lo que todo el mundo comenta acerca de tus milagros. Orula le contesto: Yo, humildemente, cumplo las orientaciones de Olofi.
Hago lo que él me ordena. Entonces Obatalá le dijo: Yo quiero que usted me demuestre su poder secando el mar. Orula meditó un instante y le contestó:
Sí, yo acepto, pero con la condición que usted me cocine. Pues, según yo vaya trabajando, iré comiendo. Obatalá le contestó: Yo también acepto. Le prepararé la comida.
Pero, Orula le manifiesta: Pero es que la comida se la daré yo para que usted me la cocine. Baba aceptó. Entonces Orula sacó de una bolsa cinco piedras y se las dio para que las cocinara. Le entregó también cinco abanicos para que avivara la candela.
Orula comenzó a sacar agua del mar con un cubo y Obatalá encendió una hoguera para preparar la comida con las piedras que Orula le había dado. Al transcurrir varias horas, Baba estaba cansado de estar agachado echándole fresco a la candela para poder cocinar las piedras que Orula le había dado. Así que decide decirle a Orula:
Es imposible preparar la comida. Estas piedras no se ablandarán. Orula, que estaba esperando este momento le dijo a Obatalá: También es imposible secar el mar. Obatalá respondió: To y ban echo.
Enseñanza: Esta historia vinculada al signo Odi Fumbo, nos enseña cómo, en algunos momentos, nos empeñamos en pedir cosas que sabemos imposibles, aún para nuestros Orishas.

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