Después de mucho tiempo de andar llego a la tierra del mono y encontró uno, y le preguntó como se llaman y este le respondió: Mono, ¿Y tu mamá? Le respondió: Mona. ¿Y tú hermano? Le respondió: Mono. Y Orunmilla exclamó: Esto no me gusta.
Y siguió caminando hasta llegar a la tierra de Los Elefantes, donde se encontró uno y le preguntó: ¿Como tú te llamas?, y le respondió: Elefante. ¿Y tú Madre? Le respondió: Elefanta. ¿Y tu Padre? Le respondió: Elefante. Y dijo, Tampoco aquí me gusta.
Siguió caminando y llegó a la tierra de los Perros y allí, todo era igual, y caminando y caminando, llegó a la tierra de los Gallos y se encontró con un pollo y le preguntó, ¿Como te llamas? Le contestó: Pollo. ¿Y tu mamá? Le contestó: Gallina. ¿Y tu papá? Le respondió: Gallo. Aquí sí le agradó y le dijo: Llévame a tu casa, y el pollito lo llevó.
Cuando llegaron Orunmilla saludó a la Gallina y ésta le contestó y le preguntó que quien era él, y él le respondió que se llamaba Orúla. Ella le dijo que estaba bien, pero que su marido no estaba allí y no podía dejarlo entrar, así es que se marchará de allí.
Orunmilla sale y comienza a caminar y se encontró con el Gallo que regresaba a su casa, y al ver el Gallo, Orúla lo saludo y el Gallo le contesto el saludo y prácticamente le obligó a que volviera con él. Al ver la Gallina que Orunmilla volvía con el Gallo, se indignó a tal extremo, que le dijo al Gallo que sí él dejaba que Orúla se quedase allí, ella se iba. Y así lo hizo.
Después de unos días la Gallina empezó a tirarle polvos al Gallo, entonces Orúla viendo esto, le dijo al Gallo que él seria siempre su mejor amigo, y que tanto el Pollo, El Gallo y La Pollona, no se los comería por lástima, pero que a la Gallina sí se la comería.