En la actualidad la comunidad santoral
ha crecido tanto, que no es un tabú estar de iyawo, anteriormente era
díficil conseguir los atuendos e incluso los implementos para trabajar
en un cuarto de osha o de ifa, pero eso con la comercialización santoral
ha terminado por lo que se ha visto lamentablemente una especie de
competencia entre las casas de santo e incluso entre los religiosos.
Vemos como hay fiestas santorales
repletas de gente no por rendirle maforibale al orisha sino por el guiro
que se esta tocando o el aña y la curiosidad de ver montadores o por
el ¿Qué me irá decir el santo?, se ha vuelto más un acto social que
religioso, perdiéndose valores de importancia dentro de lo que es
nuestra religión.
Asimismo, vemos como cada día hay más
personas que dicen ¡A mí me toca el santo! y es cuando pensamos ¿y esto
no era algo especial que sólo le sucedía a pocas personas? entonces,
¿como es que hay tantas personas hoy en día haciéndose llamar montadores
de osha? esta duda ha surgido últimamente porque ocurren cosas
irregulares en las fiestas y reuniones de osha e ifa en el que vemos
personas simular a un orisha cuando en realidad no estan bajo su
control.
O incluso santeros que sin ninguna
preparación anterior bajan un Orisha como si se tratará de un botón,
esto ha sucedido en parte, por la divulgación de los secretos santorales
y por la falta de respeto que se ha propiciado entre ahijados y
padrinos en lo que son las casas religiosas actuales ( ojo no todas)
pero si la gran mayoría en el que evidentemente no se le inculca al
iyawo los valores de respeto al mayor y al orisha que antes era natural
en la santería y que al momento de salir de su año estos iyawoses por
tener corona irrespetan la de otros religiosos mayores e incluso le
faltan el respeto al santo simulando una conexión.
Será que tenemos que volver otra vez un
tabú la religión para recuperar el respeto, la humildad, el estudio, la
responsabilidad que implica tener un santo en el ori de cada persona,
¿hasta dónde tenemos que llegar para entender esto?.
Y darnos cuenta que los iyawos de hoy
serán las casas de osha de mañana al igual que sus mayores y los valores
perdidos serán los errores que luego destruirán las costumbre de
nuestra religión yoruba.
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