El buscaba como esposa a una mujer
perfecta y la encontró en la poco agraciada Obba, que a pesar de su
falta de atractivo físico era una gran dama, serena y majestuosa.
Así pues, Shango se casó con Obba para
desesperación de todas sus amantes. Al principio todo iba bien en la
pareja pero a los pocos meses, Shango empezó a encontrar a su esposa
poco excitante y demasiado simple, a pesar de la adoración que Obba
sentía por su esposo.
A medida que aumentaba el aburrimiento
de Shango, también aumentaba el distanciamiento entre ambos, ya que él
pasaba mucho tiempo libre en fiestas frecuentando a otras mujeres.
Mientras Obba sufría en silencio, la
orisha Oshun, dueña del amor y del dinero, estaba esperando el momento
para acercase a Shango, al que deseaba con todas sus fuerzas pero sabía
que debía hacerlo de forma inteligente para evitar ser una conquista más
del orisha del fuego.
Aprovechando una fiesta organizada por Shango, Oshun utilizó sus encantos y su secreto de seducción (oñi,
que significa: miel) para conquistarlo y a partir de ese momento Oshun
se convirtió en la obsesión de Shango que solo deseaba poseerla.
Ambos estaban completamente entregados
el uno al otro, pero la felicidad de Oshun no era completa ya que sabía
que él nunca abandonaría a su esposa Obba y además continuaba con su
frenética vida de placer con otras mujeres.
No pudiendo soportar la situación por
más tiempo, Oshun decidió emplear una estratagema para conseguir tener a
Shango como esposo. Para ello se acercó hábilmente a Obba, consiguiendo
ser su amiga y confidente sin que la ingenua Obba se diera cuenta de
nada. Esta llegó a confesarle que tenía problemas con Shango y no sabía
como recuperarlo y Oshun se ofreció a ayudarla. Le dijo que como a
Shango le gustaba mucho la buena mesa, podía ganárselo a través del
estómago y se confió un gran secreto: que para atrapar a un hombre debía
cocinarle sus orejas ya que los hombres se volvían locos de pasión
cuando comían las orejas de una mujer. Oshun llegó incluso a asegurarle
que ella misma lo había hecho y gracias a eso conseguía tener todos los
hombres que deseaba pero procuró no descubrirse la cabeza para que Obba
no pudiera ver su engaño.
La inocente Obba hizo lo que le decía
Oshun y aprovechando una cena con amigos, preparó un plato con sus
propias orejas y se lo presentó a Shango. Cuando éste vio las orejas
flotando en el plato, se horrorizó y mirando a Obba le dijo: “¿qué has
hecho?”. Obba le contó a Shango todo lo ocurrido y le mostró su rostro
mutilado, lo que produjo una profunda aversión en su esposo. Ella le
dijo que había sido Oshun y en ese momento Shango comprendió todo lo que
había sucedido, dándose cuenta de la extrema bondad de Obba y
decidiendo que no podía quedarse con ella porque no la merecía.
Shango le contó a su esposa la relación
que mantenía con Oshun y entonces Obba se dio cuenta de que había sido
manipulada. Shango decidió que Obba seguiría siendo su legítima esposa
pero que no podía seguir viviendo con ella.
Ella se quedó en su palacio sola y siendo la esposa de Shango, solo de palabra.
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