La atención a los eguns o difuntos ocupa un papel importante en la
santería. El ofrendar y rendir homenaje a los difuntos constituye una
parte esencial de la liturgia de esta religión.
Hay diferentes maneras de cumplir con la norma de atención a los
antepasados, pero quizás el recurso más conocido lo constituye la bóveda
espiritual, conformada por una mesa con mantel blanco y vasos llenos de
agua. Cada vaso representa a determinado difunto o espíritu de devoción
de la persona. También se pueden tener fotos relacionadas con los
ancestros.
El objeto fundamental de la bóveda espiritual es poner en práctica una
máxima importante para quienes participan en la santería: “Iku lobi
ocha” que se traduce como: “el muerto parió al santo”, frase que
expresa la necesidad de cumplir siempre con la reverencia a los eguns.
La bóveda espiritual constituye un receptáculo para que los espíritus
presentes en la vida de la persona no creen ningún tipo de perturbación o
molestia ocasionados por la falta de atención. Igualmente sirve para
que aquellas personas que posean inclinaciones espirituales puedan ir
desarrollándolas o perfeccionándolas.
Cuando se instala la bóveda se busca concentrar la energía de los eguns
que son parte de nuestro cuadro espiritual y la de nuestros antepasados.
La bóveda sirve como receptáculo de esta energía y por lo tanto
constituye el lugar donde van a converger diferentes espíritus, cuyos
poderes pueden ser invocados por quien la instala en beneficio propio o
de otras personas. Debe entenderse que poseerla es empezar un proceso de
interacción con nuestros antepasados y nuestro cuadro espiritual. Es
tender un puente de comunicación que nos permitirá fortalecer nuestros
vínculos con ellos.
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