Los caracoles son la herramienta
fundamental del santero para comunicarse con el Santo y ofrecer a los
que se consultan, a través de éste medio, un conocimiento profundo sobre
su propia persona y los males que le aquejan, así como la posibilidad
de influir positivamente en su futuro a través de trabajos espirituales
como la rogación, el ebbó, el adimú y muchos otros recursos que van desde la no acción( si la letra viene en iré arikú moyale; suerte completa), pasando por las ofrendas, hasta la máxima, que es hacer Ocha o Santo.
La lectura del caracol es harto complicada y debe ser realizada por santeros y obbases con un profundo conocimiento de la Religión, de la mitología yoruba y de los Oddum (signo de la situación) y sus respectivos caminos. El Obbá debe
tener un sentido crítico y carácter distante para ser capaz de
discernir la información que se le da al consultante sin suavizar ni
endurecer la información que da el caracol.
El
lector de caracoles tiene un compromiso con los Santos que es decir lo
que Ellos dicen, ni lo que al lector le conviene decir, ni lo que al
consultante le apetece escuchar.
Son muchas las circunstancias a
matizar según el que se consulta: si es santero, si es mujer o si es
hombre, si está casado o soltero,… Por ejemplo, un mismo Oddum puede invitar al santero a recibir un Santo, y en el caso de un aleyo (persona no iniciada en santería) a recibir unos collares.
Todos los santos tienen 18
caracoles, a excepción de Eleguá que tiene 21. Dieciséis de estos son
denominados Dilogún, y el resto, 2 ó 5, son los guardieros o Adele ya que se dejan a un lado en la consulta, hacen de testigos y sirven para completar si se pierde algún caracol.
En el caracol nacen 16 Oddum, y
el termino dilogún viene del Oddum denominado Meridilogún, el número 16.
Tras el primer Oddum se lanza en una segunda tirada para matizar el
significado de la primera, y todo esto viene completado con la tirada
del Igbó, formado por:
El IGBÓ | |||
---|---|---|---|
Ofún o Cascarilla
|
Ayé o Caracol
|
Otá o Piedra
|
Dundún o hueso
|
El Igbó tiene como función saber
si la respuesta de la pregunta que se la hace al Santo es si o no,
cuando se le ha entregado a la persona para que sostenga una en cada
mano.
En santería se dice que 16 son
los rayos de sol que tiene Olofi. El santero sólo lee hasta el número 13
(Metanlá), a partir de ahí lo lee el Babalao, aunque el santero puede
dar un pequeña información sobre el oddum al consultante.
Según la Religión Yoruba existen
pues 16×16 Oddum de segundo nivel, es decir, 256. Cada Oddum, define una
situación vital en que el individuo se sitúa en el momento de la
consulta. Cada Oddum puede encontrar 3 caminos en general:
- Suerte perfecta o Iré Arikú Moyale: En este caso tanto los Santos como los Egun respaldan al consultante, y solo hay que hacer una pequeña ofrenda a modo de agradecimiento. Todo lo malo del Oddum se omite.
- Suerte imperfecta o Iré Cotoyale: hay que buscar algo que complete esa suerte que nos está dando el caracol.
- Mala suerte u Osogbo: significa que el Oddum viene hablando con más fuerza por el lado malo, y hay que buscar un lariche; es decir, alguna acción que responda por la cabeza del que se está consultando y permita amortiguar ese osogbo.
Cada Oddum viene asociado a refranes y patakíes que
facilitan su comprensión. Los refranes además sirven de regla
nemotécnica al santero para relacionar la información que se le debe
facilitar al consultante.
En este vida hay males (osogbos) y suertes (irés)
que vienen marcados por nuestro astral, o por nuestra esencia
espiritual. Son realidades en las que difícilmente podemos influir sin
el consejo de los santos que nos acompañan desde el nacimiento. Son
raras las ocasiones en que el caracol no puede aportar una solución a
nuestros problemas.
Los caracoles le son entregados
al santero en la ceremonia en que se le hace el santo. La lectura de
caracoles es la forma en que el santo habla directamente con los
santeros, sus ahijados y sus clientes. Nacen con el santo, y por tanto,
solamente una persona que tenga hecho santo no lavado puede consultar
con éste método.
El caracol puede hablar en dos situaciones:
- Itá: Cuando el santo habla a su propio hijo en la ceremonia de Kari Ocha, Pinaldo, …
- Consulta: Cuando habla el caracol de Eleguá del santero para con el consultante.
Para aprender y enseñar caracol se deben usar caracoles no consagrados llamados advenículas.
Fuente: Francisco Arellano
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