domingo, 21 de agosto de 2016

Patakin: Por qué Oya deja de comer Carnero

En este camino Oya era la dueña del mercado y vivía enamorada de Shango, pero no lograba sus favores. Resultó ue un día, estando Oyá en la selva, pues ella cazaba, vio un hermoso búfalo negro. Observó con sorpresa que el búfalo se quitaba la piel. Cuando él se fue, ella se la robó y se la llevó a su mercado. Al otro día cuando Shango se fue a buscar su piel, vio que no estaba allí.
Desesperado, buscándola por el rastro, llegó al mercado. Allí encontró a Oyá. Esta le dijo que se la devolvería si el volvía con ella. Él acepto pero con la condición de que no revelará su secreto. Ella aceptó. Con ese acuerdo comenzaron a verse y tuvieron los Ibeyis.
Oggún, que era enemigo de Shangó por medio de Yemayá ue era hermana de Oyá, obtuvo el secreto y comenzó a regarlo a los 4 vientos. Dijo que Shango era el búfalo joven.
Shangó al ver su secreto en público, tomó su disfraz, se lo puso y salió al bosque a buscar a Oya.
Ésta había ido a casa de Orunmila, que le hizo osode y le marcó ebbo. Oyá no lo hizo y se fue a pastar el rebaño de ovejas que tenía para comer. Shangó en su búsqueda se encontró con Oggun, combatieron en el combate Oggun le arranco un tarro y lo guardó como trofeo ( por eso es que el Oggué es de un solo tarro). Pero, como la magia del disfraz hacia crecer los tarros enseguida se recuperó.
Shango dejó a Oggun y siguió buscando a Oyá hasta que la encontró con los Abós y los Ibeyis. Shango se lanzó para embestirla. Oyá al ver al búfalo lo comprendió todo y sabiéndose pérdida, tomó a los ibeyis y le lanzó el Abó a Shango.
Éste enfurecido se los iba comiendo. Cuando los probó le gustó y se quedó con todo lo de Oyá para siempre. De esta manera, Oyá renuncia a su comida para asi salvarse y salvar a sus hijos. Oya se volvió Yanza (el remolino) y tomó a los Ibeyis los sacó de allí y se los entregó a Olofin.
También nace el porqué come chiva negra:
Oyá al dejar de comer Abó comenzó a pasar mucha hambre, porque ya todos los animales estaban destinados a distintos santos.
Sucedió que un día Oyá estaba en casa de Obatalá. A este le ofrecieron una eure oscura. Él la vio y dijo:
-No la quiero, esta muy fea, eso yo no me lo como.
Oyá al oír esas palabras de Obatalá le dijo:
-Mi padre démela a mí. Yo sí me la comeré
Desde entonces Oyá come chivas oscuras.

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