domingo, 21 de agosto de 2016

Andrés Facundo Petit Personalidad del Palo Mayombe

Andrés Facundo Cristo de los Dolores Petit, mulato claro, alto, delgado y de finos modales, es un símbolo de nuestra amalgama criolla. Nació en Guanabacoa, La Habana, a principios del siglo XIX y durante un tiempo vivió en el Convento de los Franciscanos y muchos recuerdan que recogía limosnas para los frailes. Sabía latín y son muchas las leyendas que rodean su vida: “Iba Andrés una vez por una calle solitaria, a eso de las doce del día y observó a un caballero de bomba y levita cruzada que andaba delante de él. A poco, por la acera de enfrente aparecieron dos morenos facinerosos. Aquellos tipos continuaron caminando y Petit cruzó la calle, los detuvo y les dijo que ellos querían matar al hombre de la levita cruzada para robarle la cartera y las prendas. _ No lo maten _les dijo Petit _Quítenle lo que lleve, pero no le quiten la vida. Y tal poder tenía Petit en su bastón que se acercó al caballero, lo tocó en el hombro y lo dejó paralizado. Los ladrones le llevaron cómodamente la cartera, la leontina, el reloj, el alfiler de corbata y el anillo, todo lo que tenía encima y escaparon sin hacerle ni un rasguño. Petit volvió a tocarlo con su bastón y el señor siguió caminando sin darse cuenta de nada. Así Petit le salvó la vida”.
Andrés Petit fue el primero en aceptar a hombres blancos dentro de la sociedad secreta Abakuá _en su Potencia Bakokó Efor, en el año 1863_ y con el oro que obtuvo de esas iniciaciones logró sacar de las cárceles españolas a muchos hermanos ñañigos y paleros. Gracias a esa acción, al incluir a jóvenes blancos, de buenas familias criollas, dentro de los Abakuá, consiguió mejorar la imagen de la opinión pública sobre dicha sociedad secreta. Algunos opinan que sin Petit, los Abakuá hubieran desaparecido. No hubieran podido resistir la prolongada persecución de que fueron objeto por parte de las autoridades españolas y más tarde, a comienzos del siglo XX, por las cubanas.
Petit murió en Guanabacoa, probablemente en 1889, y el misterio rodea el paradero de sus restos. Se dice que fueron trasladados por un adepto ñañigo blanco del cementerio de Guanabacoa al de Espada, en La Habana, para así impedir que fueran desenterrados por mayomberos ansiosos de apoderarse de tan preciosa kiyumba. Lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta donde se encuentra enterrado Andrés Petit, si es que sigue enterrado. Su regla Kimbisa, también conocida como Quien Vence, es congo, lukumí, yoruba, espiritista y católico. ¡Lo reúne todo! Petit hizo un ajiaco, un revoltillo, cogió de todo: trabajó con palo, con osha, con santo, metió el espiritismo, la brujería, la iglesia, cuanto encontró, para vencer. Y he ahí el secreto de la eficacia Kimbisa, que reúne lo más poderoso de cada creencia para, de este modo, vencer.

1 comentario:

  1. Muchas gracias todos los religiosos deberían conocer este poderoso mensaje

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