lunes, 15 de agosto de 2016

Pataki: Shango y las orejas de Obba

Shango se había convertido en un joven fuerte y atractivo y se estableció como Oba (rey) de Oyó, cerca de Ilé-Ifé. Se encargó de dirigir el gobierno de la ciudad y llegó un momento en que decidió casarse. Como Shango era muy mujeriego y amigo de las fiestas, en cuanto se supo que estaba buscando esposa, una multitud de mujeres acudió a las puertas de su palacio con la esperanza de ser la elegida.
El buscaba como esposa a una mujer perfecta y la encontró en la poco agraciada Obba, que a pesar de su falta de atractivo físico era una gran dama, serena y majestuosa.
Así pues, Shango se casó con Obba para desesperación de todas sus amantes. Al principio todo iba bien en la pareja pero a los pocos meses, Shango empezó a encontrar a su esposa poco excitante y demasiado simple, a pesar de la adoración que Obba sentía por su esposo.
A medida que aumentaba el aburrimiento de Shango, también aumentaba el distanciamiento entre ambos, ya que él pasaba mucho tiempo libre en fiestas frecuentando a otras mujeres.
Mientras Obba sufría en silencio, la orisha Oshun, dueña del amor y del dinero, estaba esperando el momento para acercase a Shango, al que deseaba con todas sus fuerzas pero sabía que debía hacerlo de forma inteligente para evitar ser una conquista más del orisha del fuego.
Aprovechando una fiesta organizada por Shango, Oshun utilizó sus encantos y su secreto de seducción (oñi, que significa: miel) para conquistarlo y a partir de ese momento Oshun se convirtió en la obsesión de Shango que solo deseaba poseerla.
Ambos estaban completamente entregados el uno al otro, pero la felicidad de Oshun no era completa ya que sabía que él nunca abandonaría a su esposa Obba y además continuaba con su frenética vida de placer con otras mujeres.
No pudiendo soportar la situación por más tiempo, Oshun decidió emplear una estratagema para conseguir tener a Shango como esposo. Para ello se acercó hábilmente a Obba, consiguiendo ser su amiga y confidente sin que la ingenua Obba se diera cuenta de nada. Esta llegó a confesarle que tenía problemas con Shango y no sabía como recuperarlo y Oshun se ofreció a ayudarla. Le dijo que como a Shango le gustaba mucho la buena mesa, podía ganárselo a través del estómago y se confió un gran secreto: que para atrapar a un hombre debía cocinarle sus orejas ya que los hombres se volvían locos de pasión cuando comían las orejas de una mujer. Oshun llegó incluso a asegurarle que ella misma lo había hecho y gracias a eso conseguía tener todos los hombres que deseaba pero procuró no descubrirse la cabeza para que Obba no pudiera ver su engaño.
La inocente Obba hizo lo que le decía Oshun y aprovechando una cena con amigos, preparó un plato con sus propias orejas y se lo presentó a Shango. Cuando éste vio las orejas flotando en el plato, se horrorizó y mirando a Obba le dijo: “¿qué has hecho?”. Obba le contó a Shango todo lo ocurrido y le mostró su rostro mutilado, lo que produjo una profunda aversión en su esposo. Ella le dijo que había sido Oshun y en ese momento Shango comprendió todo lo que había sucedido, dándose cuenta de la extrema bondad de Obba y decidiendo que no podía quedarse con ella porque no la merecía.
Shango le contó a su esposa la relación que mantenía con Oshun y entonces Obba se dio cuenta de que había sido manipulada. Shango decidió que Obba seguiría siendo su legítima esposa pero que no podía seguir viviendo con ella.
Ella se quedó en su palacio sola y siendo la esposa de Shango, solo de palabra.

0 comentarios:

Publicar un comentario