miércoles, 3 de agosto de 2016

Pataki: Por no creer en orunmila perdió toda sus riquezas.


Una vez un rey de una rica comarca se dirigió a casa de orunmila a fin de saber algo sobre la vida de su hijo.

Orunmila le hizo osode viéndole este oddun de ifa, mandándole al rey a que le trajera a su hijo para hacerle ebbo porque de no ser así, el rey pasaría por grandes dificultades y su hijo igualmente.
El rey le pregunto a orunmila que cuales eran las dificultades podían tener siendo el tan poderoso, marchándose de casa de orunmila acto seguido.

Una vez el hijo del rey salió del castillo y empezó a caminar por la ciudad, viendo en el patio de una casa una hermosa mata de cerezo lleno de frutas.

En dicho patio en el fondo se encontraba un señor en sus quehaceres. El niño entro en el patio y subió a la mata para coger las frutas, sin pedir permiso, y cuando quiso bajar no pudo, y cuando quiso hablar tampoco pudo.

Así paso un gran rato, por lo cual el rey al notar su ausencia, mando a uno de sus vasallos a que lo buscara y lo trajera.

El criado pasó por dicho patio y vio al niño encaramado en la mata y entro sin pedir permiso a buscarlo. Al llegar debajo de la mata se quedo también paralizado.
En estas condiciones transcurrió largo tiempo, trayendo como consecuencia la preocupación del rey, el cual se decidió a salir a buscarlo personalmente.

Al pasar el rey cerca del mencionado patio, vio a su hijo en la mata y a su criado bajo el árbol, dirigiéndose intrigado hacia el patio, pidiéndole permiso al señor que estaba en el fondo para pasar.
cuando el rey entro al patio, tomo una silla sobre la cual se sentó, llamado a su criado el cual le respondió que no podía moverse, ni él ni su hijo, por razones descocidas.

Por tales motivos el rey llamo al señor que estaba en el patio el cual vino hacia el rey, preguntándole que era lo que él deseaba. El rey le manifestó que lo que él deseaba era que su hijo bajara de la mata. El señor del patio le contesto que su hijo había entrado al patio y se había subido a la mata sin permiso por lo cual para bajar de la mata e irse para su casa debería pagar derechos que consistían en entregarle parte de sus tierras y propiedades del rey.

El rey accedió y acto seguido dicho señor pronunciando unas palabras mágicas, le devolvió el habla y los movimientos al niño, bajando este de la mata y corriendo hacia su padre. Después de ocurrido esto el rey le pregunto a aquel precipitado señor del patio, que por que el criado no podía caminar todavía, y el señor le contesto que porque el criado no había pagado ningún derecho todavía, entonces el rey le pregunto que cuales derechos debería pagar por el criado, contestándole el señor:
Tierras.

El rey accedió también y aquel señor volvió a repetir aquellas palabras mágicas, recuperando el criado inmediatamente sus movimientos, se dirigió hacia el rey y a su hijo.
Al ver el rey a su hijo y a su criado a su lado le dio las gracias al señor y se dispuso a marcharse con su hijo y con su criado. Pero cual no sería la sorpresa del monarca al querer levantarse y no poder.
En estas condiciones se dirigió nuevamente al señor preguntándole los motivos por los cuales se veía imposibilitado de levantarse. A lo cual le contesto el señor: usted me ha pedido permiso para entrar en el patio pero no para sentarse en mi silla, por lo cual tiene que pagar un derecho. El rey el pregunto que cual era ese derecho y el señor le respondió que para levantarse de la silla el debería entregarle su corona. Viéndose el rey obligado a entregarle su corona.

Perdiendo el rey sus tierras y su corona, por no oír los consejos de orunmila. Cayendo él en manos de un gran ozainista por culpa de su hijo y haciéndose rico el dueño del patio que era un ozainista residente de dicho pueblo.