viernes, 9 de junio de 2017

Pataki: La Maldición De Oya Al Hijo De Shango

En este camino había un hombre que era muy porfiado que siempre tenía muchos problemas y muchos enemigos, en vista de esto fue a casa de Orunmila que lo miro y le vio este oddun Ogunda Yeku y le dijo:

Que tenía que hacer ebbo, y que se le avecinaba una desgracia que podía costarle la vida, pues Elegba estaba muy disgustado con él, por quejas que le daba un hijo suyo de él.

El hombre como era porfiado desestimo el consejo de Orunmila y no hizo nada y solo consiguió una hierba y se bañó con ella y dijo:

Cuando creo que me va a pasar algo yo busco esta hierba para detener el mal, y si me enfermo para curarme.

A los pocos días de haber ocurrido esto, una mujer que el hombre había despreciado, lo vigilaba constantemente esperando la oportunidad para agredirlo.

Un día, caminando el hombre por una vereda y la mujer estaba escondida en unos matorrales y le salió al paso con un machete y gracias que el hombre por detrás de los árboles esquivaba, hasta que los que pasaban por allí intervinieron y el hombre pudo salvarse, al ocurrir esto fue a casa de Orunmila y le pidió perdón, hizo ebbo y le juro a Elegba respetar siempre su palabra.

En las averiguaciones de este Ifa se supo que este hombre era hijo de Shango santo que asentó, pero no por esto cambio su forma despectiva hacia la mujer con que vivía que era hija de Oya, maltratándola de obra y de palabras pasando tanto esta mujer a su lado, miseria, trabajos y bochornos, al extremo que como era muy mujeriego los hijos que tenía con otras mujeres los llevaba a la casa de la hija de Oya.

Esta era muy paciente y no peleaba con él y el omo Shango seguía abusando.

Un día se le presentaron dificultades en el negocio y fue hacerse osode a casa de Orunmila que le dijo que hiciera ebbo con:

Atitan afeyika (remolino) e igi ayua, el hombre lo hizo.

Al pasar los días el hombre se sintió mejor y no dormía en casa de la hija de Oya y esta decidió salir de compras a ileleya, el cual no sería su sorpresa al ver a su marido en compañía de una hija de Yemaya donde las dos mujeres se ofendieron y quedaron disgustadas.

Camino a la casa el hombre noto que el viento arreciaba llegando a convertirse en un viento insoportable para caminar y viendo varias matas de ayua se agarró de los gajos hasta que pasaron los fuertes vientos desatados que no eran otra cosa que el disgusto de Oya por los maltratos bochornos y miserias a las que el hijo de Shango tenía sometida a su hija, ya que era la esclava de los hijos de él, de los que visitaban y de el mismo. Entonces Oya lo maldijo de esta manera:

Mientras que el mundo sea mundo, azowuano no abandonara a este hombre ni a sol ni a sombra, pues lo que promete no lo cumple, como no le cumplió a Elegba no le va a cumplir a nadie y será un indeseable, él y todos los que desciendan de él y ni su padre Shango podrá intervenir cuando se enferme porque allí estaré yo, para que rinda cuenta por los martirios que ha hecho pasar a mi hija.

Orunmila al oír esto dijo:

Solo lo puede salvar su obediencia dándole de comer a Oya y que oiga lo que ella le diga cuando lo reprenda, ya le di igi ayua para que se sostenga de las guerras que se le presenten de ahora en adelante.

Nota: Por esta razón todos los hijos de Shango deben tener bastón o garabato de ayua junto a la batea, pues este palo es brujo y Shango trabaja con él. Esta apataki lo podemos leer en el signo Ogunda  Oyeku

Iworos.com

0 comentarios:

Publicar un comentario