martes, 20 de diciembre de 2016

IKU


En varias ocasiones, algunos santeros y otros babalaw, me han invitado a diversas ceremonias, donde he tenido la oportunidad de presenciar, que estos sacerdotes de ocha al iniciar una ceremonia, ponen una imagen de cera de la SANTA MUERTE y no obstante le dan su lugar y respeto a dicha imagen o tótem, al ver este error garrafal, les cuestione del porque dicha imagen, contestándome PUES ES IKU, o que ¿no sabes?;

En este punto mi respuesta es: La santa muerte es una figura de culto mexicano, que recibe peticiones de amor, afectos, suerte, dinero y protección, así como también peticiones malintencionadas y de daño a terceros por parte de sus fieles. La historia del culto tiene un largo proceso de evolución que se puede dividir en dos etapas. Una larga etapa de gestación donde se fueron conjugando los distintos elementos que va desde la época prehispanica, pasando por el catolicismo de la época colonial, llegando hasta la mitad del siglo XX. El origen muestra detalles de un sincretismo entre distintos elementos del culto prehispánico por los muertos, los dioses aztecas y mayas relacionados y de la iglesia católica. Y por otra parte la santería tiene raíces africanas, tiene deidades africanas, y por lo tanto IKU y LA SANTA MUERTE son dos cosas distintas, son dos cultos distintos, son dos raíces distintas, entonces ahora ¿Quien es el que no sabe?, sin mas estos sacerdotes se quedan callados, lo cual me motivo a escribir el siguiente articulo.

Ikú es en sí la muerte misma, la que por mandato de Olofin viene a buscar a aquellos que se les ha acabado el tiempo en la tierra, para que luego Olodumare decida el destino de ellos, si irán al Ará Orún, o deberán volver al Aiyé para terminar su misión. Ikú dejó de ser Orisha por su arrogancia y pasó a comandar a los Ajogún ó guerreros del mal (aro, ofo, esse, egba, fitiwó, akobá, etc).

Viste de negro, ceniza oscuro o marrón oscuro. Perdió su duelo con Orunla, por eso debe respetar a sus hijos y llevarlos solo cuando Olofin lo marque. No posee culto particular, sino a través de Eggun u oro.

No se le inmola ni se le realizan otro tipo de ofrendas.

REGLA DE OCHA:
En la santería Regla de Ocha existe un refrán que dice:

IKU LOBI
OCHA que traduciéndolo significa: EL MUERTO PARIÓ EL SANTO.

Una de las cualidades de esta religión que más me llamó la atención cuando comencé a investigarla a fondo fue que sus deidades fueron hombres y mujeres con todos sus defectos y cualidades que por su labor en diferentes aspectos de la vida se ganaron un lugar y una leyenda después de muertos de ahí surge el refrán anterior por ello también se le rinde homenaje primero a todos los Eggún o espíritus y esto el religioso lo tiene muy en cuenta pues gracias a Eggún esta religión continuó creciendo y aún sigue su camino de superación, siempre contamos primero con Eggún y después con el santo es ley de vida como lo ha sido que la manzana del árbol cae al suelo.
Pasaremos a explicarles una ceremonia que se realiza a Eggún para pedirle permiso cuando tenemos una actividad religiosa que realizar, existen otros detalles que para el aleyo o desconocedor de la religión es mejor no darlos a la luz, el conocimiento no ocupa espacio dentro de la mente y a nadie se le puede negar pero siempre debemos recordar el respeto hacia lo desconocido.

En la regla de Ocha primero el muerto y después el santo (Ikú lobí ocha). Esto consiste en coger un palo del tamaño del que está consagrado y se le hacen 9 cruces o rayitas de cascarilla, y se le amarran tiras rojas, azules, blancas y amarillas. Con él en la mano, el sacerdote o el Obba, da con él en el suelo y comienza una liturgia o rezo en forma casi cantada en la que se van mencionando los nombres de los espíritus o Eggún, familiares de consagración o de sangre.

Se le pone al Eggún todo lo que a aquellas personas le gusta comer, tomar o fumar, también recipientes con agua, café, vino, aguardiente, flores, velas, cascarilla, coco picadito, pimienta guinea, albahaca, perfume, dulces, y todos los participantes a esta ceremonia deben cubrir sus cabezas. Las mujeres presentes no pueden mirar la ceremonia de dar coco al Eggún. Ya que tiene que virarse de espalda hasta que se saque la letra de lo que dice el muerto, hasta saber si recibe ofrenda o si necesita algo más; después a cada uno de los presentes (que pueden también no ser consagrados), se les pone en sus manos polvo de cascarilla y perfume y se van limpiando de pies a cabeza, y se sacuden para arriba del plante del Eggún, por orden de jerarquía: primero los santeros hombres de mayor edad dentro del santo, después las mujeres santeras y por último los aleyos o iniciados. Esta es la ceremonia al Eggún o los espíritus, en la cual se les da a conocer que se va a realizar alguna actividad a los santos u orichas de la casa todo con su previo consentimiento, que lo manifiestan a través del coco que se le ha dado o a través de algún médium que el Eggún haya embargado y manifieste su consentimiento para que siga el resto de las actividades; después hay que dejarles una vela encendida para sus fluidos benéficos sigan ayudando a que no haya perturbaciones y todo salga muy bien.

Los Eggún o los espíritus de los antepasados demandan que además de rendírseles honores, se les da de comer en caños y vertederos, gallos , gallinas y demás ofrendas.

También hay una ceremonia donde se le da un toque de tambor, esto es cuando el Eggún o el santo lo pida, o en su lugar, cuando haya muerto, un santero de jerarquía o de mucho aché que los ahijados o sus familiares de sangre quieran su protección se renueve con los cantos dedicados especialmente al Eggún. Esta ceremonia en algunas ocasiones es muy triste ya que a veces el ser o el Eggún, llega al tambor por medio de algún médium presente o caballo de santo o a los familiares de sangre, dejando un mensaje o consejo para que sigan luchando en la tierra como él o ella lo hacía; casi siempre pide una misa espiritual o la unión de los suyos o que se le dé una comida y que después le lleven la carga al ilé de Yanzá. Emiokan.

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