martes, 9 de junio de 2015

Patakin: No se dejan los hijos al cuidado ajeno


Habia una vez una mujer muy pobre, la cual tenia un hijo pequeño, la misma era tan pobre que no tenia dinero ni para comprarse una muda de ropa. Ella amarraba al hijo a sus espaldas con bejucos. Esta mujer para poderse mantener iba al monte a cortar leña y despues la vendia entre los habitantes del pueblo.

Un dia ella se fue al monte, como de costumbre y puso a su hijo recostado al tronco de un arbol para que le diera la sombra. En ese arbol habia un arangan (pajaro grande), este cogio al muchacho entre sus patas y lo llevo a lo alto del arbol.Cuando la pobre mujer acabo de cortar la leña, la amarro de manera que pudiera cargarla y fue a recoger a su hijo, pero no lo pudo encontrar. 

Ya desconsolada echo a correr hacias las afueras del monte, llorando y gritando por su hijo; miro hacia arriba implorando a olofin, cuando vio al pajaro que tenia a su hijo entre las garras y ella comenzo a cantarle asi:“arangan eiye igbo igbo”Que quiere decir: “pajaro del monte y de la maleza, devuelveme a mi hijo, aqui te doy mi soga de bejuco, rapido, devuelveme a mi hijo”. 
Cuando la mujer termino de cantarle al pajaro, el arangan le tiro una jaba de cuentas de corales. Ella abrio la jaba y vio que alli noestaba su hijo; entonces lanzo la jaba y volvio a cantarle lo mismo al pajaro. Este le tiro esta vez distintas jabas con distintos colores, ella miro todos estos tesoros y no vio a su hijo y volvio a cantarle por tercera vez.Cuando termino de cantar, el pajaro bajo despacio con el muchacho y lo deposito suavemente a sus pies.

 Ella cogio a su hijo y lo coloco en su espalda; despues de hacer esto recogio todas las riquezas que le habia tirado el pajaro y de pobre paso a rica.Cuando llego a su casa puso a su hijo en un lugar seguro y cogio un puñado de corales y salio a ofrecerselos a los iyares del pueblo. Cuando los iyares supie ron por ella misma como habia conseguido esos corales, No quisieron cogerselos y ella se marcho a su casa.Entonces una de las iyares cogio al muchachito de otra madre y se lo llevo al monte con ella, cuando llego al monte hizo lo mismo que la otra habia contado; puso al niño en el mismo arbol que ella lo habia puesto y se fue a cortar leña. 

Cuando termino, recogio la leña y se puso a amarrarla, mientras tanto el arangan bajo, agarro al niño entre sus garras y con el pico lo mato y empezo a comerselo.Cuando la mujer termino, empezo a buscar al niño y como no lo vio, miro hacia el arbol y cuando vio al pajaro le canto lo mismo q ue la primera mujer habia cantado, el pajaro mientras ella cantaba ensucio dentro de una jaba, la amarro bien y se la tiro; cuando ella cogio la jaba encontro la suciedad, la tiro y volvio a cantarle de nuevo. Esta vez el pajaro cogio agua y se la echo dentro de la jaba, cayendole en la cabeza, ella no obstante a esto volvio a cantarle por tercera vez.

Esta vez el pajaro vomito los huesos del niño y se los tiro a la iyare, ella al ver caer los huesos creyo que eran tesoros y corrio a verlos; cuando vio que eran los huesos del niño empezo a gritar y a llorar diciendo: “este no es mi hijo, este es el hijo de otra mujer que este pajaro ha matado”. Acto seguido se echo a correr, cuando llego a su casa, la madre del niño vino a buscar a su hijo. 

La iyare le dijo que el niño estaba bien pero que no estaba con ella.Muchas veces vino la madre preguntandole por sus hijo, cuando hubo de pasar tres meses y ella no le pudo devolver al niño, la madre llevo el caso ante el rey. Ella le dijo al rey que la iyare habia venido a su casa y habia cogido al niño de sus manos y que habían pasado tres meses y aun no se lo habia entregado.

El rey mando a buscar a la iyare y le pregunto lo que habia hecho con el niño y que donde estaba. La iyare le respondio: “que tu crees que he hecho con el?”. El rey al oir esto, se viro a los viejos y les pregunto; si esta mujer perteneciera a uds. Que harian con ella, los Viejos contestaron: “si ella nos perteneciera la condenariamos a muerte”. 

El rey dijo: “pues ya el pueblo ha hablado, que se cumpla su mandato, ponganla a que muera”.

Baba Oyekun Tekunda